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Trastorno Bipolar en la Infancia


El Trastorno bipolar pediátrico es un trastorno psicopatológico complejo caracterizado por episodios reiterados del estado de ánimo, que oscilan desde la euforia a la depresión, pasando por estados intermedios.
Se cree que este trastorno es causado por una interacción de factores genéticos hereditarios y factores ambientales. La afectación genética de los padres puede contribuir a provocar disfunción familiar y predisponer a los hijos que ya presentan una alteración genética a sufrir el trastorno. Pueden existir alteraciones estructurales, funcionales y bioquímicas en el cerebro que predisponen al niño a sufrir inestabilidad química. Según resultados de investigaciones los traumas físicos, sexuales y emocionales en la infancia, pueden predisponer a desencadenar y o modificar la evolución del Trastorno bipolar pediátrico.  
Los criterios diagnósticos en los niños no son tan claros. Los primeros síntomas son alteraciones del temperamento, ansiedad, trastornos del sueño, alteraciones del estado de ánimo leves, dificultades para controlar las emociones y problemas de adaptación, que evolucionan hacia episodios de estado de ánimo mixto, seguidos de una bipolaridad declarada más tarde en la adolescencia y adultez.
Los episodios pueden durar sólo 1 o 2 días o ser crónicos. Los estados de ánimos pueden alternarse de manera rápida y continua y suelen acompañarse de irritabilidad, agresión, menor necesidad de dormir y conducta sexual desinhibida. También pueden presentarse problemas de conducta e hiperactividad. exagerada. Los cambios anímicos y conductuales pueden ir acompañados de desempeño social deficiente, deterioro en el aprendizaje y déficit de atención.
El trastorno bipolar en la infancia puede asociarse a otros procesos como Trastorno por déficit de atención con hiperactividad o Trastornos psiquiátricos, estas asociaciones pueden determinar una evolución más grave. La manifestación crónica y recurrente del trastorno bipolar pediátrico puede extenderse hasta la edad adulta. Hasta dos tercios de los adultos con diagnóstico de Trastorno bipolar sufrieron síntomas durante la infancia.

El diagnóstico precoz es importante para iniciar el tratamiento apropiado y reducir la evolución del proceso que causa daño significativo en niños y adolescentes con alto riesgo de perpetuarse en la adultez.