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Cómo calmar el llanto del bebé?

En las primeras semanas de vida los lactantes pueden llorar hasta 2 o 3 horas repartidas a lo largo del día. Algunos niños también pueden llorar 10 a 15 minutos antes de quedarse dormidos.
El bebé puede llorar por situaciones obvias como hambre, sentirse mojado o sucio, tener frío o calor o necesidad de descansar, en todas estas situaciones hay una razón que al atenderla calma al bebé como darle de mamar, cambiar el pañal, ponerle o sacarle ropa o ayudarlo a dormirse.
Hay momentos en que la causa del llanto no está clara y esto genera angustia e inseguridades a la mamá.
Gases o flatulencia
Durante los tres a cuatro primeros meses de vida los bebés pueden presentar episodios de irritabilidad por gases (también llamados cólicos), a veces diarios, que se acentúan en las últimas horas de la tarde.
Algunos movimientos o masajes suaves del abdomen brindados por los papás o un corto paseo pueden aliviarlos.
Para aliviar los gases recostar al bebé sobre su espalda y movilizar sus piernitas flexionando y extendiendo, simulando el movimiento que haría para andar en bicicleta.
Puede también masajearse el abdomen con movimientos descendentes o en el sentido que giran las agujas del reloj, alternados con flexión de las rodillas sobre el pechito.
Los presuntos dolores cólicos no requieren medicación ni infusiones.
Excitación, irritabilidad, necesidad de mimos y “atención personalizada
Algunos bebés normales son impredecibles, tienen una alimentación y patrón de sueño irregulares y son difíciles de consolar. Con el tiempo, todos los papás pueden distinguir entre el llanto por hambre y el originado por otras causas, así cómo y cuándo intervenir. Con la experiencia aprenderán a reconocer cuando tenerlo en brazos y consolarlo y cuando pueden confiar en que parará de llorar en poco tiempo si se lo deja solo unos minutos.
Las caricias, el contacto físico y el movimiento suelen calmar a los más llorones. Tenerlo en brazos y mecerlo puede ser todo lo que un bebé necesita para dejar de llorar. A veces da buen resultado tenerlo abrazadito frente al espejo para que visualice ambos rostros o sentarse en una mecedora.
Un baño de inmersión en agua tibia o ser envuelto con una mantita suave en un ambiente agradable y calmo puede también ayudar a relajarlos.
En algunas ocasiones el exceso de estímulo hace que los bebés se pongan irritables, tal como ocurre cuando el ambiente está exageradamente ruidoso o tenso. Situaciones semejantes pueden vivirse ante eventos inusuales como fiestas o reuniones donde el bebe es el centro de atención y todos lo estimulan. En ese caso nada mejor que un retorno a la calma buscando un lugar tranquilo, confortable, silencioso, lejos de tanta gente y sobre todo en brazos de mamá.
El paseo en autos resulta casi irresistible para un bebé que está sano, bien alimentado y presenta llanto inconsolable. También pasear en carrito de bebé por la calle mientras su mamá le habla suele ser el remedio hasta para el más gruñón. En ambas situaciones el movimiento y el cambio de ambiente y paisaje es lo que favorece volver a la calma.
Los sonidos suaves y monótonos pueden contribuir a calmar los bebés como la música pero con volumen bajo.
El chupete como elemento de autosatisfacción puede resultar útil en aquellos bebés más demandantes y siempre que no interfiera con el amamantamiento. No debe endulzarse con miel, azúcar u otros productos. Esto puede generar daño severo en las piezas dentarias a través de las encías.
Sea cual sea la estrategia empleada la misma tiene que trasmitir calma, seguridad e implementarlas progresivamente dando tiempo a que cada una de sus resultados.