Consiste en un orificio en la pared abdominal fetal, por lo
general de 1 a 3 cm de diámetro, casi siempre a la derecha del cordón
umbilical, por la cual puede escapar parte del contenido abdominal,
especialmente el intestino.
Generalmente se produce entre la 5ta a 8va semana de
gestación y puede detectarse en una ecografía a partir de la semana 13
aproximadamente. Es más frecuente en mujeres jóvenes, con déficit nutricional y
en sus primeros embarazos. Se desconoce la causa, podrían influir factores
genéticos o factores tóxicos como algunos medicamentos o drogas durante el
embarazo.
La persistencia del intestino fuera de la cavidad abdominal
durante el embarazo lo expone al contacto con el líquido amniótico que lo
inflama y a la posibilidad de rotar y obstruirse. Cuanto mayor sea el tiempo
que el intestino permanezca fuera del abdomen mayor es el riesgo que se lesione
e incluso que se extrangule a través del orificio de salida. Esta es la razón por
la que se indica una cesárea adelantada, para intentar reparar quirúrgicamente
la pared abdominal antes que el intestino crezca demasiado y el daño sea mayor,
siempre teniendo en cuenta la maduración fetal. La interrupción se produce siempre antes de la
semana 36.
El tratamiento de la gastrosquisis es la cirugía inmediata
al nacimiento. A veces puede resolverse en un solo acto quirúrgico, en otras
oportunidades se realiza en etapas.
Hasta tanto el intestino pueda funcionar adecuadamente se
requiere de alimentación por vena (alimentación parenteral).
El mayor riesgo de complicación es la infección.