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Parálisis facial periférica


La parálisis de Bell o Parálisis Facial Periférica Idiopática o "a frigore" es una parálisis unilateral de causa desconocida, de aparición brusca del nervio facial. Es la forma más frecuente de parálisis facial periférica. Se presenta en ambos sexos y en todas las edades aunque es más frecuente en los mayores de 10 años y su incidencia se incrementa en las embarazadas.
La mayor parte de los pacientes recupera espontáneamente la función en los dos o tres meses siguientes a la instalación de la parálisis pero pueden persistir signos neurológicos o recidivar.
La elevada frecuencia y el impacto psicosocial que determina, hacen que resulte un tema para el pediatra general que suele ser el primero en asistir a estos pacientes. Algunas veces lo derivará al especialista. Muchas veces lo resolverá por sí mismo.
Causas
Se han planteado varias hipótesis que intentan explicar la causa de la parálisis de Bell como trastorno de la vascularización, causa inmunológica, por compresión o viral.
En la actualidad muchos autores apoyan el origen inmunoviral de la parálisis de Bell en relación con los herpes virus, sobre todo el herpes simple tipo I y con menor relevancia, el herpes zoster.
Se ha sugerido que la parálisis facial de Bell es causada por la reactivación del virus del herpes simple I o herpes zoster que se encontraría latente en el ganglio geniculado, vecino al nervio facial.
Sígnos y síntomas
La lesion del facial periférico o paralisis de Bell, produce paralisis de los musculos faciales. El paciente no podrá fruncir el ceño, cerrar los ojos simétricamente, mostrar los dientes o fruncir labios. La hendidura palpebral estará aumentada, la comisura nasolabial aplanada y el ángulo entre ambos labios descendido con imposibilidad de sonreir o abrir la boca simétricamente. El reflejo corneopalpebral estará abolido por alteracion de la inervacion, esto trae aparejado riesgo de lesión de la cornea.
Tratamiento
El tratamiento con medicamentos permanece controvertido y variable. Los corticosteroides y el aciclovir se prescriben con frecuencia de forma separada y en asociación pero no todos los autores concuerdan con ello.
Tratamiento con corticosteroides
Se basa en la capacidad del corticosteroide para disminuir el edema, la tumefacción y en consecuencia, la teórica compresión que sufre el nervio facial.
Varios autores plantean que el tratamiento con esteroides no parece beneficiar a los niños con parálisis de Bell, mientras otros sí los consideran eficaces.
 Tratamiento con medicamentos antivirales
Los medicamentos antivirales como el aciclovir en asociación con los esteroides se recomienda por algunos autores por la evidencia creciente de la causa viral y por considerar que pueden mejorar el tiempo y el grado de recuperación.
En lo que sí parece existir consenso es en el empleo de los medicamentos antivirales cuando existe sospecha de infección por herpes zoster por la presencia de dolor asociado, lesiones herpéticas activas en la cara, cuello, pabellón auricular o conducto auditivo externo ( síndrome de Ransay-Hunt) ya que disminuye el tiempo de recuperación y las secuelas.
Tratamientos coadyuvantes
Es necesario prevenir la lesión corneana con oclusión del ojo afectado con parche durante la noche y la colocación de lágrimas artificiales.
El tratamiento kinésico y los movimientos dirigidos a la recuperación de la movilidad de los músculos de la cara no parecen resultar imprescindibles pero puede colaborar, especialmente teniendo en cuenta la preocupación que genera en los niños y sus padres esta alteración.
De todas maneras es de destacar la alta incidencia de recuperación completa de la afección.